Todo lo que necesitas saber sobre el crédito PyME
Todos queremos un negocio que sea capaz de autofinanciarse a través de sus utilidades retenidas, pero esto no siempre es posible.
Encima, para muchos emprendedores en México, el mayor obstáculo para el crecimiento es el acceso a un crédito PyME (pequeñas y medianas empresas).
Primero tienes que demostrar que tienes capacidad de reembolso, mostrando ingresos y flujo de caja estables, junto con una reserva de activos financieros que garanticen tu solvencia.
Si puedes demostrar esto, el siguiente paso será solicitar deuda a bancos u otras instituciones financieras.
Los créditos para PyMEs pueden clasificarse en dos: préstamos y líneas de crédito revolvente.
Componentes de la deuda
La deuda es una apuesta de tu capacidad futura para generar utilidades. Siempre existe un riesgo de impago al adquirir un préstamo, especialmente si no tienes la certeza de que tu rentabilidad es suficiente para pagar el dinero que estás pidiendo prestado más su costo.
Esto debido a que las instituciones financieras exigen el pago de intereses, así que el monto total a reembolsar suele exceder el monto principal del préstamo solicitado.
Asimismo, las obligaciones adquiridas a través de la deuda vencen independientemente de los ingresos que pueda generar tu negocio, encareciendo aún más la deuda si no puedes cumplir con tus pagos. Lo que es especialmente peligroso si no se entiende lo que conlleva un crédito PyME.
Es importante, por tanto, comprender los cuatro componentes que conforman una deuda:
¿Cuándo endeudarte?
Antes de acercarte a una institución financiera para adquirir algún tipo de deuda, debes tener claro a qué dedicarás el financiamiento que pretendes solicitar.
Como emprendedor, siempre tendrás recursos limitados y es importante que enfoques los recursos financieros de tu empresa a aquellas actividades que generen flujo de efectivo como comprar inventario, sufragar gastos operativos o invertir en activos fijos estratégicos que te hagan más eficiente.
Debes también evitar usar deuda para gastos operativos que no agregan valor para tus clientes o no te permiten medir su retorno claramente.
Por ejemplo, algunos de los usos más comunes y estratégicos del crédito PyME son:
En relación a lo anterior, es importante señalar que, según Banxico durante el 2017, en México el 55.6% de los créditos PyME se destinó a capital de trabajo, el 37.8% a inversiones de activo fijo y el resto para cubrir gastos varios.
Recuerda que el dinero que llegues a recibir por medio de deuda (el principal), tu negocio lo tendrá que reembolsar con intereses por medio de los ingresos que sea capaz de generar tras haber cubierto sus necesidades operativas.
A este remanente de dinero del que podrás disponer para atender deudas financieras se le denomina capacidad de reembolso y es lo que condiciona a cuál tipo de producto financiero tienes acceso.
¿Cuándo hay que solicitar un crédito PyME y qué solicita un acreedor?
Cuando tu negocio recién inicia, su capacidad para generar utilidades es limitada o inexistente y seguramente no puede sufragar los gastos operativos. Esto significa que no tienes capacidad de reembolso y ninguna institución financiera te extenderá un crédito.
Entonces tendrías que financiarte con tu patrimonio o por medio de capital social (venta de acciones), bajo la promesa de otorgarles dividendos o ganancias de capital a tus prospectos de socios en el mediano plazo.
Por lo tanto, es recomendable acudir al financiamiento de deuda o préstamos para emprendedores una vez que se cuenta con capacidad de reembolso y solvencia suficiente.
Capacidad de reembolso y solvencia
Ahora bien, aunque tu PyME ya cuente con esta capacidad de reembolso, las instituciones financieras te exigen solvencia, ya sea por medio de una reserva de utilidades o una garantía real.
Recuerda que un bien empeñado, a diferencia de una garantía hipotecaria o personal, pasa al resguardo de la institución financiera y no podrás utilizarlo hasta liquidar la deuda.
Esta es una práctica común de las instituciones financieras. Se lleva a cabo para disminuir el riesgo de que incumplas con tus obligaciones en caso de que tu capacidad de reembolso se vuelva insuficiente para pagar los gastos financieros.
Aunque existe la posibilidad de que tu capacidad de reembolso o solvencia varíen con el tiempo por la disminución de tus ventas o un aumento en tus gastos operativos.
La relación deuda-ingresos mide la cantidad de ingresos que dedica tu empresa para pagar una deuda. Si el resultado es, digamos, 50%, significa que la mitad de los ingresos mensuales los usarás para pagar las deudas de tu empresa.
Una vez que tu negocio demuestra tener capacidad de reembolso y solvencia, el banco pasa a solicitar información de diversas áreas para analizar tu solicitud de financiamiento. Esta documentación incluye:
- Contable (que sea de los últimos cuatro ejercicios anuales o los últimos dos si eres cuentahabiente).
- Legal (un acta constitutiva y poder notarial del representante de la empresa).
- Fiscal (una constancia de situación fiscal ante el SAT).
Aunado a esto, la institución financiera también consulta el Buró de Crédito para revisar tu historial crediticio.
Todo esto lo tienes que tomar en cuenta porque, al final del día, las instituciones financieras quieren estar seguras de que la cantidad de flujo de efectivo generado por tu empresa puede cubrir fácilmente los gastos por intereses y, en última instancia, cubrir también el reembolso del principal.
Por lo general, los bancos observan una combinación de medidas cualitativas y medidas de flujo de efectivo al evaluar la capacidad total de endeudamiento de tu empresa.
¿Qué ofrecen los bancos a las PyMEs?
Los productos financieros que ofrecen los bancos dependen de tus necesidades. Consideremos algunos ejemplos: si tu empresa requiere dinero en efectivo, te ofrecerán un crédito simple o una línea de crédito revolvente; si necesitas anticipar el cobro de las cuentas por cobrar, podrás acceder a líneas de descuento, factoraje o anticipos de facturas.
Vale mencionar un par de casos más: si planeas invertir en algún activo, tendrás acceso a hipotecas o arrendamiento financiero; y si te ves en la necesidad de aplazar algún pago a tus proveedores, el banco podrá pagarles a través de confirming (factoraje de proveedores).
Deuda senior o preferente
Con excepción del factoraje y las líneas de descuento, a estos tipos de deuda se les conoce como deuda senior y tienen preferencia de liquidez ante otros acreedores en caso de que la empresa atraviese una situación de estrés financiero o liquidación.
Como regla general, es recomendable que la deuda senior de tu empresa no exceda el orden de dos o tres veces el UAFIDA —acrónimo para utilidades antes de ingresos financieros, impuestos, depreciación y amortización (o EBITDA, en inglés)— de tu PyME.
En otras palabras, tu negocio tiene que generar suficiente flujo de efectivo para cubrir al menos dos veces los gastos financieros generados por la deuda senior.
Complementos a los créditos PyME bancarios
Algunas alternativas te permiten tener tu flujo de caja por adelantado para realizar compras de inventario o cubrir gastos operativos y evitan que los plazos para pagar los créditos otorgados a tus clientes te dejen sin liquidez suficiente para poder trabajar.
Una de estas alternativas somos nosotros, Tribal. Una solución Fintech que te brinda acceso a capital de trabajo cuando lo necesites sin apalancar tu empresa.
Ofrecemos tarjetas corporativas a las que no se les aplican intereses, ideales para emprendedores y PyMEs. Al contar con una línea de crédito revolvente, podrás disponer de la liquidez para efectuar compras y hacer pagos anticipados, efectivamente proporcionando un alivio de corto plazo a tu capital de trabajo.
Es decir, contrario al manejo de débito o efectivo, puedes retener las ganancias en una determinada transacción, lo que sirve como protección temporal para los proveedores que pagan dentro de los 30 días.
Además, otorgamos acceso a herramientas que te ayudan a monitorear y controlar tus gastos.
Bajo este esquema, similar al de una tarjeta de cargos, también somos una mejor alternativa a las tarjetas de débito y la banca digital tradicional, ya que ofrecemos protección contra el fraude al permitirte emitir tarjetas virtuales con controles dinámicos de gastos.
Gracias a las alianzas con los bancos y redes Visa que tenemos y nuestra capacidad de verificar la identidad de terceros (IDV), no encontrarás barreras geográficas.
Si tu empresa necesita herramientas de pagos y monitoreo de gastos más eficientes, solicita tu tarjeta en nuestra página de registro.
¿Cuál es tu capacidad de endeudamiento?
Hay muchos beneficios al financiarse con deuda. Desde deducciones de impuestos y retención de ganancias, hasta mantener la propiedad de tu empresa y no tener que responder a algún inversionista.
Sin embargo, es importante que no te endeudes demasiado: las consecuencias podrían ser perjudiciales para tu empresa a largo plazo.
Para evaluar la capacidad de endeudamiento de tu empresa, primero se estudia su UAFIDA —acrónimo para utilidades antes de ingresos financieros, impuestos, depreciación y amortización (o EBITDA, en inglés)—, y no solo el nivel de UAFIDA sino la estabilidad de ese UAFIDA.
Dicha estabilidad está influenciada por las características de tu negocio, los hábitos de consumo del cliente final, la ciclicidad de la industria, la tecnología y las barreras de entrada.
Deuda a UAFIDA
La razón de deuda senior a UAFIDA variará según la naturaleza de tu negocio y la volatilidad de sus flujos de efectivo.
Por ejemplo, una empresa que comercializa gas, con flujos de efectivo muy estables, generalmente tendrá una mayor capacidad de endeudamiento que un rancho agrícola, pues sus flujos de efectivo son mucho menos estables.
Esta razón demuestra la capacidad de tu empresa para pagar su deuda y proporciona a los banqueros información sobre la cantidad de tiempo que vas a necesitar para liquidar toda la deuda (sin tomar en cuenta intereses, impuestos, depreciación y amortización).
Una comparación de la relación deuda senior a UAFIDA de tu empresa con la de empresas similares te da una idea general de la solvencia crediticia y el riesgo financiero de tu empresa.
Cobertura de intereses
Por último, te recomendamos medir internamente la cobertura de intereses. Es decir, cuántas veces el flujo de efectivo generado por tus operaciones comerciales puede cubrir los gastos por intereses de la deuda.
Esta es una métrica clave, ya que muestra no solo la capacidad de una empresa para pagar intereses, sino también su capacidad para reembolsar el principal.
Para calcular la cobertura de intereses, simplemente tomas la UAFIDA y la divides entre el gasto por intereses de tu empresa.
Y así es como se mide tu capacidad de endeudamiento. Si tu cobertura de intereses es 1, significa que estás generando lo suficiente para pagar tus gastos financieros pero no obtienes utilidades de tu operación.
Esta es una guía inicial para crédito PyME. Si quieres conocer otras alternativas de fondeo, consulta nuestra Guía Definitiva sobre Fuentes de Financiamiento para Emprendedores.