Guía completa de fuentes de financiamiento para emprendedores

Guía completa de fuentes de financiamiento para emprendedores

¿Quieres echar a andar tu emprendimiento, pero no estás seguro de cómo conseguir el dinero suficiente para financiarlo? No te preocupes, esto es una cuestión bastante común que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (PyMEs).

Muy probablemente al igual que tú, muchos emprendedores usan sus ahorros, acuden a familiares y amigos para solicitar préstamos, e incluso llegan a depender de sus tarjetas de crédito para aportar liquidez a sus negocios.

Sin embargo, algunas empresas tienen necesidades de capital más intensivas. Para ello, existen diversas alternativas de financiamiento para las PyMEs, cada una con sus pros y sus contras.

Actualmente, las empresas pueden acceder a distintas fuentes de financiamiento a través de bancos, proveedores, fondos de inversión, apoyo gubernamental y Fintechs.

Financiamiento propio

Ventajas del crecimiento orgánico

A la hora de poner en marcha un negocio, podrías pensar que lo ideal es contar con fondos financieros suficientes, independientemente de su origen, para cubrir la operación de un nuevo proyecto en el corto plazo, pero esto puede resultar contraproducente.

La escasez de liquidez en las primeras etapas de una empresa obliga a los emprendedores a usar su creatividad. Les obliga a aprender todo sobre el producto o servicio que pretenden ofrecer, permitiéndoles desarrollar nuevas ventajas competitivas, productos y canales de venta al encontrar métodos creativos para crecer orgánicamente.

El crecimiento orgánico ocurre cuando una empresa expande su operación reinvirtiendo sus utilidades retenidas sin la necesidad de servirse de fuentes de financiamiento externas. Y se logra cuando se amplía la capacidad productiva existente de una PyME mediante la reinversión en activos y la integración de nuevas tecnologías.

No obstante, el crecimiento orgánico puede provocar que una empresa tarde en adaptarse a los grandes cambios del mercado y necesite de financiamiento externo para mantenerse relevante.

Bootstrapping

El bootstrapping sucede cuando obtienes todos tus fondos iniciales por cuenta propia.

En su esencia, este tipo de financiamiento se da a través de las utilidades retenidas de la misma empresa, o bien al disponer de tus activos personales. Por ejemplo, al vender o empeñar activos físicos como un automóvil, equipo de cómputo o joyas, es posible financiar la operación de manera inicial.  

Algunos casos comunes incluyen también el disponer de tus ahorros o el emitir deudas personales (como una segunda hipoteca, tarjetas de crédito o préstamos proporcionados por familiares y amigos).

A estos últimos inversionistas se les hace referencia como las FFFs (aludiendo a “family, friends and fools”): familiares, amigos y personas que confían e invierten su dinero en un emprendedor sin que este haya validado su idea de negocio.

Estas posibles fuentes de financiamiento inicial están asociadas al capital semilla y se utilizan para adquirir activos y cubrir los gastos en la etapa de validación y desarrollo de la empresa.

El financiamiento que proviene del patrimonio del emprendedor y sus FFFs (capital social) o de proveedores y bancos (pasivos y deuda) tiene su propio lugar en el balance general de la PyME y conllevan derechos y obligaciones particulares.

Reducción de capital de trabajo

Debes tener presente que el principal problema que una PyME enfrenta en las primeras etapas con su flujo de efectivo es el control de su capital de trabajo, el cual incluye, principalmente, las cuentas por pagar, cuentas por cobrar e inventario.

Incluso empresas que ya han validado su propuesta de valor y establecido una ventaja competitiva enfrentan el problema de crecer demasiado rápido y no lograr que su flujo de efectivo consiga mantener dicho crecimiento.

Los emprendedores que no logran ajustar su capital de trabajo al nivel de liquidez que tiene su empresa se vuelven dependientes de un alto nivel de financiamiento externo, ya sea al emitir deuda o al ceder el control ofreciendo participación en su empresa.

Como resultado, no pueden realizar nuevas inversiones que permitan el crecimiento de la empresa y los gastos de operación la terminan consumiendo.

Por todo lo previamente mencionado, es importante comprender la relación que existe entre el flujo de efectivo y el resto de la empresa.

Toda empresa necesita mantener cierta cantidad de efectivo disponible (flujo de caja) para poder pagar sus obligaciones y gastos financieros.

Finalmente, hay que decir que, aunque el capital de trabajo positivo es un signo de solidez financiera, debes evitar un capital de trabajo excesivo durante mucho tiempo, ya que este indica que tu empresa no está administrando sus activos eficientemente.

Utilidades retenidas

Una de las principales fuentes de bootstrapping que ayuda a financiar las operaciones son las utilidades retenidas.

Los ingresos netos de tu empresa, que se obtienen una vez descontados los impuestos, se pueden distribuir a los accionistas o reinvertir para respaldar su crecimiento.

Las utilidades retenidas son una de las opciones de financiamiento preferidas por los empresarios, ya que permiten flexibilidad y control. Esto debido a que el financiamiento externo reduce la posibilidad de poder apalancar a la empresa durante un momento de estrés financiero y el emitir acciones nuevas diluye el control de la misma.

A pesar de que, en términos de costos de emisión, no cuesta nada usar las utilidades retenidas, debes considerar que estas tienen un costo de oportunidad. Este se representa por el rendimiento que podrías lograr al invertir las utilidades retenidas en instrumentos financieros de bajo riesgo.

Por otro lado, también existen costos inherentes al recurrir a deuda y aún más al uso de capital.

La principal desventaja de financiar la operación con utilidades retenidas es que limitas a tu PyME a un crecimiento orgánico que por naturaleza es lento, y con esto le das oportunidad a la competencia de acaparar mercado e invertir en investigación y desarrollo para crear una mejor propuesta de valor.

Clientes y proveedores

Las empresas suelen encontrar ventajoso y posiblemente necesario solicitar a los clientes que cubran parcial o totalmente los costos directos involucrados con su producto o servicio al momento de cerrar la venta.

Esto se logra al recibir dinero de los clientes, antes de que estos puedan disponer del producto o servicio en sí, a través de medidas como las siguientes:

  • Intermediar a los fabricantes o prestadores de servicios con el cliente final.
  • Condicionar el consumo de un bien o servicio a un anticipo.
  • Aplicar un modelo de suscripción que genere un flujo de efectivo estandarizado.
  • Ofrecer descuentos por un pronto pago.

Ese dinero que el cliente paga anticipadamente se vuelve un pasivo circulante para la empresa que le permite autofinanciarse utilizando “capital de trabajo negativo”. Pero no todas las empresas pueden contar con este esquema dada la naturaleza de su giro comercial.

El financiamiento a través de proveedores ocurre cuando tu PyME compra productos mediante un préstamo de inventario otorgado por tu proveedor.

La principal diferencia que hay con una línea de crédito tradicional es que los productos que se financian actúan como garantía. Con este instrumento financiero, tú como empresario transfieres cierto riesgo al proveedor porque ninguno de los activos del negocio está expuesto a una situación adversa.

Al solicitar un préstamo de inventario a un proveedor, este no puede financiar el 100% del valor de los productos que tu empresa solicita. El proveedor tiene que extender la línea de crédito equivalente al 50% u 80% del valor de los productos, lo que obliga a tu empresa a pagar el resto por adelantado.

Esta forma de financiamiento cíclico se puede convertir en una estrategia a largo plazo si mantienes una buena relación con los proveedores al cumplir con los pagos en tiempo y forma.

De lo contrario, la morosidad podría causar que el proveedor disminuya la línea de crédito, cobre intereses, reduzca los períodos de pago y restrinja el crédito de ciertos productos y servicios a las empresas informales.

fuentes de financiamiento de una empresa

Factoraje

Uno de los quemadores de efectivo más imponentes que pueden amenazar la supervivencia de tu nueva empresa es la extensión del crédito comercial a tus clientes.

El factoraje es un tipo de financiamiento al cual las PyMEs pueden acceder al vender sus cuentas por cobrar a un tercero (denominado factorante), con un descuento de su valor nominal (es decir, el valor total de la venta).

Por lo general, se puede percibir entre el 65% y 90% del valor nominal de las cuentas por cobrar que se traspasan a la empresa de factoraje.

Esto te permite, a ti como emprendedor, impulsar tu ciclo productivo sin perjudicar tu capital de trabajo, ni apalancar la empresa.

Pueden ser motivo de factoraje todos aquellos derechos de crédito contenidos en:

  • Facturas.
  • Contra recibos.
  • Títulos de crédito como pagarés y letras de cambio.
  • Derechos de crédito derivados de contratos de arrendamiento, entre otros.

En el factoraje tradicional, la empresa de factoraje adquiere los derechos de las cuentas por cobrar de los clientes directamente de ti como empresario, que provees un bien o servicio mediante un crédito, sin necesidad de que el deudor o tu cliente apruebe la transferencia de la deuda.

Posteriormente, el deudor es notificado por la empresa de factoraje para informarle que dicha empresa es la nueva acreedora de su saldo pendiente por pagar.

El factoraje se puede dar de dos maneras distintas, con recursos y sin recursos:

  • El factoraje con recursos es el más común y significa que una empresa debe recomprar cualquier factura que la empresa de factoraje no pueda cobrar. En última instancia, la empresa que cedió los derechos de cobranza es responsable de cualquier impago sobre el cual se le carga un interés del 2% al 5% por arriba de la tasa de referencia.
  • El factoraje sin recursos implica que la empresa de factoraje asume la mayor parte del riesgo por incumplimiento de pago.

Deuda

Si tu empresa ya está establecida y lleva al menos dos años de crecimiento orgánico, se le pueden empezar a presentar oportunidades que posiblemente requieran de una fuerte inversión.

En estos casos, aunque tu situación financiera sea fuerte y tengas suficiente capital de trabajo para sostener su operación en el corto plazo, tu empresa quizá no cuente aún con un excedente de efectivo que le permita aprovechar dichas oportunidades.

Es en este momento en el que tu empresa debería recurrir al financiamiento externo. Una de las opciones es recurrir a la deuda, por ejemplo: un crédito para PyMEs. Para esto, es necesario contar con la certeza de que tu capacidad de repago es suficiente para devolver el dinero que estás pidiendo prestado.

El lado positivo de este tipo de financiamiento es que no hay dilución del capital social porque la empresa está pidiendo dinero prestado. La desventaja es que siempre existe un riesgo al tomar prestado capital, especialmente si no hay certeza de tu capacidad para pagar la deuda.

Es importante, por tanto, tener presentes los cuatro elementos que conforman una deuda: su vencimiento, comisiones e intereses, condiciones de pignoración (o sea, dar un activo en prenda como garantía del cumplimiento de una obligación de pago) y las consecuencias de morosidad.

Una vez considerados estos puntos, existen varias alternativas de financiamiento por deuda que se describen a continuación.

Crédito bancario

Hoy en día, en México, el 30% de las empresas con hasta 100 empleados se financian por alguno de estos tres esquemas de financiamiento bancario: a corto, mediano y largo plazo.

Financiamiento a corto plazo

La financiación a corto plazo es útil cuando tu empresa necesita liquidez inmediata. Es posible, por ejemplo, que debas cubrir la compra de materia prima para poder cumplir con un pedido grande o tengas que abastecer inventarios para aprovechar un aumento en la demanda durante una Hot Sale.

Algunas de las opciones son:

Línea de crédito revolvente

Cuando a ti como empresario se te aprueba una línea de crédito revolvente, el banco o la institución financiera establece un límite de crédito fijo que se puede utilizar una y otra vez, ya sea en su totalidad o en partes dentro de cierto período (generalmente un mes).

Debes procurar compensar tu línea de crédito renovable en su totalidad cada período. La parte no pagada se transfiere al mes siguiente.

A esta se le llama saldo revolvente. Cuanto más demores en cubrir el saldo revolvente, te cobran más intereses. Pero normalmente puedes evitar estos cargos por intereses si pagas el saldo en su totalidad puntualmente cada mes.

También cabe decir que, dada la conveniencia de poder disponer del crédito revolvente siempre que se necesite, los bancos cobran una tasa de interés más alta en comparación con los préstamos a plazos tradicionales.

Además, los bancos a menudo cobran una tarifa anual de compromiso que los compensa por mantener la línea de crédito siempre a tu disposición. El ejemplo más común de crédito revolvente son las tarjetas de crédito.

Por eso, estudiar tu estructura de costos y gastos te permitirá presupuestar el reembolso del saldo de tu línea de crédito, así como los gastos financieros que se causaron al disponer de esta. Hacer esto es crucial, pues una mala gestión financiera puede causar estrés innecesario en el capital de trabajo.

Tarjetas de crédito corporativas

Las tarjetas de crédito son convenientes para suavizar las fluctuaciones de efectivo a corto plazo y te dan la posibilidad de tratar con proveedores a nivel global, pues las partes confían en los intermediarios financieros (bancos o compañías de tarjetas de crédito) que administran la transferencia de fondos a cambio de una tarifa.

Pagar el saldo total de la tarjeta a tiempo es una buena práctica de negocios, puesto que empiezas a construir un historial crediticio positivo. Esto eventualmente se puede reflejar en líneas de crédito más altas y/u obtener tasas preferenciales.

A pesar de su utilidad en un plazo inmediato, las tarjetas no son adecuadas para inversiones a largo plazo porque los intereses y las condiciones pueden ser altos. Asimismo, el emisor también puede suspender la línea si no se le está dando un uso adecuado.

Para evitar que los intereses causados por la morosidad en el pago de una tarjeta de crédito quemen su capital de trabajo, es esencial tener un registro financiero preciso de los gastos incurridos con dicha tarjeta de crédito y pagarlos lo antes posible.

Otra recomendación es usar la línea de crédito de la tarjeta para comprar exclusivamente activos fijos (como una computadora) o algo que genere efectivo rápidamente (como comprar inventario para completar un pedido). Esto permite que con los ingresos generados por dichos activos puedas pagar la deuda utilizada en su compra.

Una alternativa muy amigable para emprendedores que cuentan con ventas y solidez financiera, pero no desean incurrir en intereses y tarifas altas que comprometan su capital de trabajo es Tribal.

Al ser una tarjeta corporativa sin intereses, sin anualidad y sin comisiones, puedes mantener tu flujo intacto y no incurrir en gastos financieros innecesarios. Al contrario, te otorga una herramienta de pago sencilla de usar, y aún mejor, sin costo alguno.

Si te interesa conocer más acerca de Tribal, echa un vistazo a nuestro artículo explicativo.

Sobregiro bancario

Antes de abordar este tema, recuerda que está prohibido cobrar comisiones por sobregiro en México, excepto cuando el banco haya acordado previamente contigo otorgarte una línea de crédito. Y aun así, la penalización de un cheque sobregirado llega hasta los MXN$900.

El sobregiro bancario es una fuente flexible de capital que brinda acceso inmediato a fondos adicionales cuando no queda más dinero en tu cuenta corriente, lo que te permite afrontar problemas financieros temporales y cubrir gastos inesperados.

Este excedente de dinero que has dispuesto del banco se convierte en un saldo pendiente a pagar sobre el cual el banco cobra intereses y una tarifa única.

A pesar de las facilidades que ofrece el sobregiro, es recomendable disponer de este con cautela, ya que el banco podría cobrar una penalización si excedes el límite del sobregiro sin autorización.

Además, la tasa de interés aplicada al dinero del que dispones como empresa a través del sobregiro es casi siempre variable, lo que dificulta calcular con precisión los costos de los préstamos.

De todo esto se concluye que realizar un seguimiento de los gastos y sostener una buena comunicación con el banco puede ahorrarle a tu PyME una cantidad significativa de dinero.

Préstamo puente

Las empresas recurren a un banco para solicitar un préstamo puente cuando esperan con cierto grado de certeza percibir ingresos a mediano plazo, pero necesitan dinero para cubrir gastos en el ínterin.

Los créditos puente suelen aprobarse por los bancos más rápido que los préstamos tradicionales porque están respaldados por alguna garantía, como bienes raíces o inventario.

Como sucede con otros préstamos garantizados, el banco acepta solo aquel inventario que sea de fácil comercialización y otorga a modo de préstamo entre un 75% y un 95% del valor de mercado de dicho inventario.

También, debido a la conveniencia que ofrecen, estos préstamos tienden a tener plazos de pago relativamente cortos, altas tasas de interés y comisiones elevadas.

Para ilustrar este concepto, supongamos que tu empresa acaba de firmar una intención de compra con un cliente. Este cliente paga un anticipo al cerrar el trato, con la condición de saldar la deuda en unos meses una vez que haya recibido el producto.

Ahora tu empresa tiene la opción de acudir a un banco y solicitar un crédito puente. A cambio, dejarías el mismo producto vinculado al contrato como garantía.

Financiamiento a mediano plazo

Cuando necesitas expandir tu oficina o comprar maquinaria y equipo para tu empresa, puedes adquirir un préstamo comercial o negociar un contrato de compraventa a plazos con un banco o institución financiera, y pagar la deuda en un plazo de tres a cinco años. A continuación, listamos los tipos de préstamos a mediano plazo más comunes.

Préstamo comercial

Los abonos a un préstamo comercial están estipulados previamente, por lo que puedes presupuestarlos. Las tasas de interés causadas por este tipo de préstamo suelen ser inferiores a las de un sobregiro bancario que abarque el mismo período.

Un beneficio financiero de un préstamo comercial es que tu empresa puede deducir fiscalmente los pagos de intereses.

La desventaja de los créditos comerciales es la posibilidad que existe de que tengas que aportar algo de dinero por adelantado; esto podría representar hasta la mitad de la deuda total solicitada.

Aunado a lo anterior, puede resultar complicado conseguir un préstamo comercial si tienes un puntaje crediticio bajo.

En este escenario, el banco puede solicitarte que proporciones una garantía, como algún activo fijo, o que una persona física o moral firme como aval y asegure el cumplimiento de las obligaciones derivadas del préstamo. Las garantías otorgadas estarían en riesgo si tu empresa no cumple con los reembolsos del préstamo.

Arrendamiento financiero

Con el arrendamiento financiero, tu empresa paga una cuota inicial y el banco paga el saldo restante de algún activo fijo (maquinaria importada, por ejemplo) al proveedor.

Después, tú tienes que devolver este saldo con intereses en un plazo determinado en el contrato de arrendamiento con el banco. Así financias la compra de la maquinaria bajo un esquema de amortización.

Es importante resaltar que debes analizar detenidamente la inversión que planeas hacer antes de celebrar un contrato de arrendamiento financiero, ya que este no resulta conveniente para activos con altos costos de mantenimiento o equipos que se deprecian rápidamente.

Aunque al final del plazo puedes comprarle al banco el activo por su valor residual (por ejemplo, el 1% del valor de la factura). Pero, si no eres capaz de realizar tus pagos de amortización, el banco, al ser el dueño, puede reclamar el activo.

Financiamiento a largo plazo

Los bienes raíces comerciales son propiedades generadoras de ingresos que se utilizan, como su nombre indica, con fines comerciales (en lugar de residenciales).

Tu empresa puede financiar estas propiedades (incluida su adquisición, desarrollo y construcción) a través de préstamos de bienes raíces comerciales. Es decir, hipotecas garantizadas por gravámenes sobre la propiedad comercial.

La otra alternativa de financiación a largo plazo comprende los préstamos sobre activos fijos, que son similares a una hipoteca pero que se utilizan para cubrir el costo de equipo y maquinaria.

En estos casos el equipo se utiliza como garantía y el banco puede embargarlo si la empresa no cumple con sus obligaciones.

Por lo general, si tu empresa decide adquirir una hipoteca, el banco requiere que deposites al menos el 15% del precio del bien inmueble.

Aunque las hipotecas sean flexibles y asequibles, el banco suele solicitar a las empresas sus cuentas de los últimos tres años, la proyección financiera de la inversión y varias referencias antes de emitir la hipoteca. A su vez, esto determina la tasa de interés y las condiciones del préstamo.

También es importante recalcar que, mientras que las hipotecas residenciales generalmente se otorgan a personas físicas, las hipotecas comerciales se otorgan a entidades comerciales (personas morales).

Esto significa que el banco no requiere el mismo tipo de garantía y la propiedad es el único medio de recuperar el dinero prestado en caso de incumplimiento de pago.

A este tipo de deuda se le denomina préstamo sin recurso, o sea, que el banco no tiene recursos contra nadie ni nada más que la misma propiedad, ya que la responsabilidad y obligación de los accionistas se limita al pago de sus aportaciones de capital (a diferencia de una persona física, la cual puede perder su patrimonio).

Capital social (equity)

Ahora vamos a suponer que tu empresa no ha anticipado rondas de financiamiento de capital social durante su período de crecimiento orgánico y, por lo tanto, se limita a una tasa de crecimiento respaldada por la retención de utilidades.

Las utilidades retenidas deben proporcionar la base de capital de trabajo durante el período de crecimiento constante.

Pero si estas no son suficientes y no es posible acceder a deuda porque tú como emprendedor tienes una capacidad de crédito limitada, entonces debes buscar financiarte por medio del capital social, lo cual diluye el control de tu empresa y la obliga a repartir utilidades futuras.

Una inversión en capital social es un intercambio económico en el que un inversionista aporta una cantidad de dinero a una empresa y recibe acciones que representan una participación en la propiedad de dicha empresa.

La valoración correspondiente refleja la voluntad que tiene el inversionista de aceptar una participación particular en la mencionada propiedad a cambio de invertir en ella.

Es muy importante señalar que los dividendos solo ocurren después de que una empresa genera ganancias estables. Además, el horizonte de tiempo entre una inversión inicial y un flujo regular de pagos de dividendos suele ser más largo de lo que la mayoría de los inversores están dispuestos a aceptar.

Capital semilla

El capital semilla es la primera ronda de financiamiento para un emprendimiento que ha validado su idea y sobrevive con sus utilidades retenidas. Es la etapa en la cual se ha constituido formalmente como empresa y ha conseguido el capital de trabajo necesario para contratar capital humano.

El financiamiento del capital semilla generalmente proviene de los activos personales que posees como empresario y posiblemente de tus familiares y amigos. Esto se puede formalizar a través de distintos mecanismos, tales como:

  • Obligaciones convertibles a acciones.
  • Obligaciones convencionales a deuda.
  • Venta de acciones preferentes.
  • Acuerdos de arrendamiento para maquinaria, planta y equipo.

Cabe mencionar que los denominados inversionistas ángeles podrían inyectar capital en esta etapa si tu empresa cuenta con producto viable mínimo. Generalmente, al igual que los fondos de capital de riesgo, dicho capital es una fuente de financiamiento importante durante la etapa de crecimiento.

Inversionistas ángeles

Los ángeles suelen invertir, durante la etapa inicial que los emprendedores necesitan, entre MXN$100,000 y MXN$4 millones en financiamiento de capital. A cambio, suelen esperar una tasa interna de retorno del 30% y buscan entre un 5% a un 25% del capital social. Hay que agregar que los grupos de ángeles tienen recursos en efectivo limitados pues invierten de su propio patrimonio.

Es esto lo que hace que los inversionistas ángeles puedan aportar un valor añadido a una empresa, a través de su experiencia y contactos personales. Es algo que debes tomar en cuenta, pues, a pesar de que el tamaño del cheque que extiendan sea probablemente menor que el de un capital de riesgo (VC), es más flexible.

Esta flexibilidad se extiende a muchos aspectos. Por poner un caso: durante las etapas de lanzamiento de tu empresa, los ángeles invierten a través de un esquema de acciones convertibles: a cambio del dinero que aportan, tu empresa les otorga el derecho a comprar acciones en una futura ronda de capitalización con parámetros de precio específicos.

Fondos de capital de riesgo (VC)

Los fondos de capital de riesgo (VC) son firmas profesionales de administración de dinero de capital privado que se especializan en compañías de crecimiento emergente. Cuando los empresarios buscan financiación de empresas de capital de riesgo, interactúan con administradores de dinero profesionales, no con los propios inversionistas.

En consecuencia, los VC, al ser inversionistas institucionales, están obligados a cuidar los intereses de sus propios inversionistas. Y por eso, en comparación con los inversionistas ángeles, tienden a invertir más tarde en el ciclo de vida de una empresa y aportan capital convertible a deuda (lo que disminuye así su riesgo).

Usualmente, esperan un retorno anual del 20% de su portafolio de empresas. Lo que implica que buscan emprendimientos que les lleguen a proporcionar un retorno de 20x (en promedio) y exigen una participación significativa en el capital social de estos.

Esto se debe a que el 10% de las empresas de un fondo de capital de riesgo generan rendimientos de hasta 50x, en contraste con el 60% de ellas que dan un rendimiento mínimo o fracasan totalmente. Por eso los VC exigen a los emprendedores objetivos claramente establecidos y fundamentados con información histórica en un plan de negocio.

Durante el 2019 en México, los VC de riesgo destinaron aproximadamente MXN$605 millones a inversiones de capital semilla. O sea, cerca de un 60% del valor acumulado de capital de riesgo en México se invirtió en proyectos que se encontraban en etapa de financiamiento o supervivencia.

Incubadoras y aceleradoras de empresas

La principal diferencia que existe entre una incubadora y una aceleradora de financiamiento es que la primera ayuda a validar la idea de negocio para que pueda salir al mercado, mientras que la segunda ofrece apoyos para el desarrollo de una PyME y la canaliza para conseguir recursos financieros.

Algunas aceleradoras de empresas cuentan con vehículos de coinversión diseñados para participar en las primeras rondas de financiamiento de las empresas que están inscritas en sus programas. Por lo general las aceleradoras invierten en acciones comunes con el fin de proporcionarles a las empresas un seguimiento a largo plazo y así fomentar su sustentabilidad.

También suelen organizar rondas de inversión colectivas con inversionistas potenciales para aquellas empresas seleccionadas en sus programas de aceleración que cumplen ciertos requisitos.

Otras alternativas de financiamiento

Crowdfunding

El crowdfunding es todavía un fenómeno relativamente nuevo que continúa evolucionando rápidamente a medida que se prueban nuevos enfoques que responden a cambios tecnológicos y regulatorios recientes.

Las plataformas de crowdfunding permiten que obtengas financiamiento de individuos comunes, es decir, de un público general con el que tu futura empresa se ha puesto en contacto a través de la web.

Hay dos tipos de esquemas de crowdfunding relevantes para los emprendedores mediante los cuales se puede obtener financiamiento a través de modelos de inversión y mecenazgo.

Actualmente, la banca comercial tradicional no ha calibrado adecuadamente su oferta con las necesidades de las PyMEs.

Por eso, existen gremios como la Asociación de Plataformas de Fondeo Colectivo (AFICO) que se han dado a la tarea de manifestar mensajes potentes a favor de la regularización de las plataformas de crowdfunding, para que estas puedan integrarse al sistema financiero nacional y reduzcan el riesgo para sus usuarios.

Al día de hoy, la llamada Ley Fintech regula a aquellas fintechs que gestionan dinero del público en general. Por ello se recomienda que, si tu empresa opta por el financiamiento colectivo, lo haga con cautela y estudie si, efectivamente, la plataforma fintech a través de la cual va a obtener la financiación, está autorizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

Apoyo gubernamental

Por último, también existe el apoyo que se adquiere directamente del gobierno. Si tu empresa es nueva o tiene la oportunidad de expandir su operación, puede ser elegible para una subvención de desarrollo empresarial del gobierno.

Por lo general, cuando consigues este tipo de financiamientos, tu empresa no tiene que reembolsar ni ceder participación accionaria, siempre y cuando cumpla con las condiciones de la subvención.

Las subvenciones gubernamentales suelen atraer a muchos solicitantes, por lo que las empresas deben estar preparadas para enfrentar una fuerte competencia y cumplir con estrictos criterios de elegibilidad. En México, por ejemplo, únicamente el 7% de las PyMEs recibe apoyo federal.

En México existe el Fondo de Apoyo para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (FONDO PyME), el cual tiene como objetivo contribuir al desarrollo económico nacional mediante el otorgamiento de subvenciones a proyectos que fomenten la creación, consolidación y competitividad de las PyMEs.

Las subvenciones que otorga el FONDO PyME para nuevos emprendedores y proyectos en incubación van desde los MXN$35,000 dirigidos a capacitación y consultoría para empresas tradicionales, hasta los MXN$5,000,000 destinados a adquirir equipo e infraestructura para empresas de alta tecnología.

Preguntas frecuentes sobre financiamiento

¿Cómo evaluar fuentes de financiamiento?

Si tienes demasiada deuda, puedes poner en riesgo los activos que generan flujo de caja, con lo que aumentas la posibilidad de morosidad. Por otro lado, si dependes del capital obtenido con la venta de acciones, se diluye el control de tu empresa y los rendimientos esperados de los inversionistas originales.

Por esa razón, las empresas a menudo buscan la combinación óptima de deuda y capital disponible para así minimizar su costo de financiamiento. Esto se logra mediante la simulación de diferentes estructuras de capital. Para ello, puedes utilizar el método del costo de capital promedio ponderado (CCPP o WACC por sus siglas en inglés).

¿Cómo obtener fuentes de financiamiento?

Es común que los emprendedores usen sus ahorros y pidan préstamos a familiares y amigos para comenzar. Algunos dependen de las tarjetas de crédito. Los inconvenientes de estas estrategias incluyen fondos limitados y altas tasas de interés. Además, tarde o temprano, una empresa necesita obtener financiamiento de fuentes externas.

En cuanto a estas últimas, tanto los proveedores como los clientes pueden llegar a ser fuentes potenciales de financiamiento. El gobierno es otro organismo capaz de proporcionar algunos fondos a las pequeñas empresas durante su etapa de supervivencia.

Sin embargo, debido a que los banqueros comerciales prefieren otorgar préstamos a empresas establecidas que tengan al menos dos años de estados financieros, puede ser difícil para las empresas que se encuentran en una etapa de supervivencia obtener el financiamiento bancario necesario.

En el interín, una posible fuente de financiamiento podría darse por medio de empresas de factoraje.

¿Cuáles son las fuentes de financiamiento más comunes?

Las principales fuentes de financiamiento provienen de la reinversión de utilidades retenidas, la adquisición de una obligación de deuda o la emisión de capital social (acciones).

¿Para qué se evalúan las fuentes de financiamiento?

Para evaluar las diferentes opciones de financiamiento de tu empresa. Primero debes precisar la urgencia con la que requieres el dinero, ya que cada fuente de financiamiento tiene un período de expedición particular.

Posteriormente, tienes que estimar el capital de trabajo disponible en el futuro próximo y determinar el excedente de dinero disponible para cubrir intereses y comisiones.

Si tu empresa no cuenta con flujo de efectivo marginal, tienes que echar mano de algún activo que tenga características para ser utilizado como garantía.

Con estos lineamientos establecidos, tu empresa puede comenzar a buscar opciones de financiamiento asequibles a su situación y evaluar el impacto que tendrían en su estructura de capital.

¿Por qué son importantes las fuentes de financiamiento?

No siempre es posible financiar la operación de tu empresa a partir de fuentes internas (utilidades retenidas). Por eso es conveniente que construyas un buen historial crediticio y mantengas actualizados tus libros contables.

Así puedes acceder más fácilmente, en momentos de estrés financiero, a fuentes externas de financiamiento, como bancos o fondos de capital de riesgo (VC).

Los bancos y las empresas de VC actúan como intermediarios financieros para los ahorradores y las empresas que necesitan financiamiento.

Bajo este contexto de intermediación, pueden transformar el riesgo para los ahorradores y proveedores de capital al medir la posibilidad que tiene la empresa que solicita capital de cumplir con sus obligaciones. Esto se logra luego de evaluar los flujos de caja futuros que la operación de la empresa es capaz de generar.

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