Qué son los criterios ESG y cómo favorecen el crecimiento de tu empresa
Cada vez es más común escuchar en las salas de juntas y los webinars, leer en los reportes trimestrales y blogs especializados, o al hablar con algún colega, que los criterios ESG forman parte medular de las empresas.
A este tipo de términos, conforme se vuelven cotidianos, suele sucederles que comienzan a vaciarse de sentido. Es decir, se utilizan sin conocer del todo su significado: podemos saber qué quiere decir cada sigla sin alcanzar a ver sus implicaciones.
De acuerdo con una estimación de Blackrock, las inversiones ESG capturan 4 billones de dólares en activos en el mundo, por lo que su importancia hoy en día está por demás asentada, tanto en el discurso como en la acción.
Por eso, en este post queremos compartir a detalle qué son y cómo funcionan estos criterios, cómo se miden, y cuáles son las áreas que fortalecen.
¿Qué son y cómo funcionan los criterios ESG?
ESG es el acrónimo de Environmental, Social, and Governmental, una serie de criterios que las empresas siguen y los inversionistas buscan para generar un portafolio que demuestre su compromiso con el medio ambiente, la sociedad y la administración responsable de sus activos.
En otras palabras: se trata de la manera en que las empresas y los inversionistas comunican al público con acciones concretas que buscan impactar positivamente su entorno, y que no están centradas únicamente en generar ganancias.
Ciertos inversionistas, de un tiempo para acá, han demostrado un creciente interés en incorporar sus valores y creencias en el tipo de inversiones que realizan, dejándose guiar por una visión holística (que conjuga aspectos empresariales y económicos, con sociales y medioambientales) al momento de elegir hacia dónde destinar recursos.
Por su parte, algunas corporaciones consolidadas también han optado por incluir en sus planes de desarrollo los criterios ESG. Incluso las empresas de alto crecimiento respaldadas por fondos de inversión han comenzado a asumir ciertos compromisos con la agenda de crecimiento sostenible.
Ahora, parece que al intentar definir un concepto “de manual” sobre los criterios ESG, éste nos evade. La razón principal es atribuible a su pluralidad: en los tres ámbitos que lo componen hay un buen número de variedad como para encapsularlos en una sola definición.
Veamos uno por uno los aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, así como los criterios particulares que los componen.
Criterios de medio ambiente (E)
En términos generales, los criterios medioambientales con que se evalúa a una compañía incluyen el uso de energías renovables, sus programas de sostenibilidad, como por ejemplo, de manejo de desperdicios, la contaminación del aire o el agua que pudieran causar sus operaciones, así como su postura frente al cambio climático.
Otros asuntos que atiende son el origen de sus materias primas (si son orgánicas o practican el comercio justo), o bien si en la tierra que es de su propiedad se procura la biodiversidad.
Criterios sociales (S)
Este conjunto describe una vasta cantidad de asuntos, desde las políticas de reclutamiento hasta la cultura organizacional, y la manera en que éstas se relacionan con el marco social al que pertenecen.
Por el momento, quedémonos con aquellas que son mucho más susceptibles de evaluar y comparar, pues esas serán las que privilegien los inversionistas. Algunas de ellas son:
- Los salarios que ofrece la empresa son competitivos y/o generosos, y van aunados a un paquete de compensaciones atractivo.
- La empresa muestra interés por implementar innovaciones en su cultura organizacional, como facilidades para el trabajo híbrido o la flexibilidad de horarios.
- Se procura la diversidad, la inclusión, y la prevención, poniendo en el centro el bienestar de los empleados.
- El aprendizaje continuo se fomenta con programas de capacitación y fortalecimiento de habilidades, o bien oportunidades para continuar estudios.
- Aunque puede ser controversial, algunos inversionistas se inclinan por aquellas empresas que transparentan su postura frente a temas polémicos.
Criterios de gobernanza (G)
En el contexto de los criterios ESG, la gobernanza se refiere a cómo los altos mandos gestionan la empresa a su cargo. Es decir, qué tan bien —o mal— los ejecutivos de más alta jerarquía atienden a las diferentes partes interesadas en su negocio: empleados, proveedores, accionistas, clientes, y también sobre la manera en que retribuye a la comunidad.
Así mismo, financiera y contablemente importa que la operación se lleve a cabo con transparencia. Los miembros de la junta y los ejecutivos están obligados a actuar de manera ética y a evitar cualquier conflicto de interés que actúe en detrimento de la reputación de la empresa.
Cómo se miden estos criterios
Una de las principales reservas que se argumentaban frente a los criterios ESG es que no existían criterios uniformes para medir su impacto. Como respuesta a ello, las “big four” de la consultoría empresarial (PwC, KPMG, EY, y Deloitte) propusieron en el World Economic Forum de 2020 una serie de 22 criterios para medirlos.
A esta serie de parámetros se le denominó Stakeholder Capitalism, o Capitalismo de las partes interesadas, y se refiere a una perspectiva integral que permite a las empresas alinear sus resultados con el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por las Naciones Unidas.
Aunque en esta oportunidad no revisaremos cada uno, sirve mencionar que, a la fecha, más de 120 empresas y 70 corporaciones internacionales suscriben y utilizan estos indicadores.
¿Por qué son importantes los criterios ESG?
Es probable que hoy en día sea menos complejo contestar por qué no lo serían. Su importancia viene dada tanto en sus atributos como en su misión.
Sin embargo, cuando recién surgieron como una disrupción en el mundo empresarial, muchas partes se preguntaban cuál era su importancia. Sobre todo, porque en ese momento cualquier iniciativa de este tipo se asemejaba más a un gasto que a una inversión –de ahí el escepticismo, claramente.
Pasado el tiempo, y conforme fueron ganándose un lugar entre las convencionalidades, también comenzaron a desarrollarse planes de crecimiento empresarial que los posicionaron como una estrategia viable.
Identificamos dos razones que justifican su adopción como parte de una estrategia de crecimiento.
Las inversiones ESG crecen exponencialmente
Un estudio de la Universidad de Oxford señala que las empresas que cuentan con métricas ESG tienen un menor costo de capital, lo que les brinda acceso a mejores financiamientos. Esto es esencial tanto para estimular la inversión como para mejorar las calificaciones crediticias de las empresas.
A medida que los tópicos que impactan directamente a estos criterios (como la equidad social o el cambio climático) van tomando importancia para el público, el mundo empresarial no puede quedarse atrás.
Los fondos de inversión muestran interés
Para nadie que se mueve dentro del ecosistema startup es una novedad la importancia de los fondos de capital de riesgo (VCs). Datos de Crunchbase indican que el año pasado la cantidad que los VCs invirtieron $643B USD, lo que significó un incremento del 92% respecto al año anterior.
Sin embargo, una crítica constante a este tipo de inversiones recae en la cultura de “crecimiento a toda costa” que parece haber germinado en algunas compañías dentro de sus portafolios.
Por ello, hoy en día es cada vez más común ver que los fondos de inversión realicen diligencias mucho más rigurosas sobre el modelo de negocio de las empresas, no sólo para identificar posibles riesgos financieros, sino también para certificar el cumplimiento de criterios ESG.
Ahora que tenemos un poco más de claridad sobre las razones que justifican la importancia de los criterios ESG para cualquier empresa, veamos algunas de las maneras puntuales en que estos criterios favorecen el crecimiento.
O en otras palabras, cómo pasar de la teoría a la acción.
5 formas en que los ESG favorecen el crecimiento de una empresa
Hasta ahora vimos que cada uno de los ámbitos que conforman los criterios ESG tiene sus particularidades. Resta saber cómo, al vincularse, generan beneficios para las empresas. Esto sin importar su tamaño o sector, porque una cualidad de estos criterios es que una buena gestión asegura resultados para el bienestar general del negocio.
En un estudio publicado por McKinsey se identifican los siguientes:
1. Crecimiento y expansión a otros mercados
Una propuesta de valor basada en criterios ESG puede contribuir a que una empresa sea más atractiva para otros mercados. Cuando las autoridades tienen razones para confiar en el quehacer corporativo de un negocio, es más sencillo que le otorguen permisos, licencias y aprobaciones.
2. Reducción de costos
Los criterios ESG también pueden impactar positivamente los esfuerzos por reducir los costos operativos de una empresa. Esto se debe a que crean ventajas competitivas, como el costo de los insumos y materias primas, o en el consumo de energéticos.
3. Minimizar el impacto negativo de las regulaciones
Como consecuencia de la buena reputación de una empresa que apoya los criterios ESG, los reguladores y tomadores de decisión a nivel gobierno pueden ver en su oferta de valor una razón para relajar ciertas disposiciones.
Esto no quiere decir en lo absoluto que no se sigan las leyes o los reglamentos adecuados, pero cuando una empresa se sostiene a un estándar alto de rendición de cuentas y transparentar esa información, se puede convencer a los gobiernos de que la iniciativa privada es un aliado no sólo para la economía, sino para el resto de la agenda.
4. Atracción y retención de talento y clientes
El talento y la fuerza de trabajo puede sentirse poderosamente atraída con los compromisos y valores de una empresa; sobre todo, si ve que ésta en verdad tiene un compromiso verdadero con esas causas.
Retener talento y mantenerlo motivado está directamente relacionado con la productividad, así que mantener un genuino interés por aquello que mueve a los colaboradores es un ganar-ganar.
5. Optimización de activos
Fortalecer el portafolio de inversiones de un fondo o inversionista privado, o bien dinamizar la alocación de capitales de una empresa, son impulsores que generan los ESG.
De la misma forma, pueden ayudar a prevenir inversiones que no tengan planes de sostenibilidad a largo plazo (como aquellas que sigan siendo enteramente dependientes de combustibles fósiles, por ejemplo).
Una buena lección que nos enseñan los criterios ESG es que todo buen negocio comienza desde los cimientos.
Por último
Quienes están al frente de la estrategia general de una empresa no pueden pasar por alto los criterios ESG. No se trata de una moda pasajera, sino de una tendencia sobre la que todo el mundo esta virando (no solamente el empresarial).
Los datos no mienten al respecto: las empresas que adoptan estos criterios se posicionan mejor frente a todas sus partes interesadas: desde la sala de juntas hasta las conversaciones de café.